domingo, 20 de diciembre de 2009

El antipolítico


Dice hoy el brillante Larreta:

"Las etiquetas ideológicas son para las discusiones académicas, pero lo que importa en la calle, a la gente, es que le resuelvan los problemas. Hoy no hay otro tema en la calle que el miedo por la inseguridad. Estos debates ideológicos tienen que ver más bien con lo intelectual. Las etiquetas de izquierda o derecha son muy relativas...".

¿Tanta vergüenza les da asumirse públicamente como derecha? ¿Tanto desprecio sienten por la política?

viernes, 18 de diciembre de 2009

Duro ataque a la inseguridad jurídica


Con un ojo nostálgico apuntando al año 1996 y el otro mirando al capital financiero, el funcionario de Obama para América Latina manifestó su preocupación por la actual inseguridad jurídica. Este eufemismo esconde muy mal un descontento insaciable con los riesgos que el capital financiero debe asumir para obtener las grandes tasas de ganancia que ofrecen los países emergentes. Seguridad jurídica significó, en la Argentina de mediados de la década pasada, un modelo de acumulación basado en la valorización financiera sostenida en reglas claras para el capital, esto es, endeudamiento público para financiar la entrada y salida irrestricta de capitales.
Lo perverso es que, al mismo tiempo, el eufemismo calla sobre otras formas de inseguridad jurídica como el trabajo informal, la trata de personas, el desempleo, la pobreza o la exclusión social.
La respuesta del gobierno no se hizo esperar. Diversos funcionarios y dirigentes calificaron las declaraciones como desafortunadas. La respuesta de Clarín a la reacción del gobierno, tampoco. El repudio a las declaraciones de Valenzuela fue caracterizado por Clarín como un "duro ataque" al enviado de Obama. ¿Duro ataque? Un lector distraído, poco habituado a la retórica del panfleto opositor, podría creer fácilmente que la Argentina está al borde de un conflicto de enormes proporciones con (Dios no lo permita) Estados Unidos.
Valenzuela, además, realizó esas declaraciones luego de reunirse con empresarios y dirigentes opositores ubicados en la derecha del espectro político, desde Macri, pasando por Cobos, hasta de Narvaez; quienes seguramente se deben haber mostrado sumamente receptivos a la incorporación de cambios que tiendan a promover la seguridad jurídica de los capitales especulativos. Mientras en los países centrales la incorporación de la tasa Tobin se encuentra entre los primeros lugares de la agenda, la agenda que se intenta imponer a los países periféricos va en la dirección de una mayor liberalización disfrazada de seguridad jurídica.
Está claro, entonces, que la discusión que está sobrevolando desde hace rato el país gira en torno al rol del Estado. Por lo tanto, independientemente de la suerte que corra electoralmente el oficialismo, se debe institucionalizar y sostener el rol del Estado como actor central social y económico, con capacidad de intervenir estratégicamente para poner un límite a la lógica voraz del mercado y para dar respuesta a sus consecuencias negativas.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Esto es una joda, ¿dónde está la cámara, Marcelo?


¡Ay! El Niño Mauricio no para, cada funcionario que designa es peor que el anterior.

Parece que Mauricio tiene problemas para armar sus equipos, y eso que durante la campaña prometió que estaba listo y que tenía a los mejores hombres.

Si se repasan algunos de los bellos personajes que pasaron por la fábula PRO, es posible encontrar, por ejemplo, allá por el año 2007 a un Ministro de Cultura cuyo única vinculación con ese ámbito era ser editor de libros de tercera, y que argumentaba que el arte contemporáneo no era arte; que los artistas “pegaban una curita en un lienzo” y decían que era una obra, y que en cambio “su mujer era una gran colorista”. Este pobre señor no pudo asumir el cargo porque le pidieron la renuncia antes que llegue la hora de tomarle juramento. Una cabal demostración de la solidez del equipo de Mauricio. Como reemplazo puso a Lombardi, un empresario de turismo delaruista, hábil para los negocios y para acomodarse a la realidad, pero, francamente, la cultura no era lo suyo.

Del renunciado Ministro de Espacio Público, Piccardo, no queda mucho por decir, salvo que, además de pagar fortuna con la redeterminación de precios de los contratos de la basura (¿se acuerdan que en alguna época Macri fue basurero?), se dedico a armar un grupo para-policial que se dedicaba a pegarle a la gente en situación de calle, que dicho sea de paso ha aumentado en los últimos dos años, producto de, como dijo el jefe del cardumen: “los desalojos se están realizando silenciosamente”, y en los desalojos participaban la patota para-policial de la UCEP.

Claro, no puede dejar de mencionarse al dinosaurio Young un ferviente defensor de los genocidas, además de un inútil importante, que tuvo un intrascendente paso por Control Comunal.

Lo que Macri hizo en materia de seguridad es un mamarracho y nos hemos dedicado a sus tropelías en post anteriores y que no vale la pena repetir.

Ahora… el último monigote que puso Macri en el Ministerio de Educación, Abel Posse, no solo es un facho y un troglodita, además es un estúpido que llega a decir cosas del estilo que con la utilización del preservativo “se preserva el cuerpo y se sigue enfermando el alma juvenil”, u “Hoy vemos degradación familiar, padres que no controlan a sus hijos, jóvenes drogados y estupidizados por el rock”.

Macri: si querías ponerlo a Posse en el Gabinete, lo hubieras puesto en Turismo, y si necesitabas a alguien para Educación lo hubieras puesto a Lombardi, si total ninguno de los dos sabe un carajo de educar, con la clara ventaja de que el segundo no es un hijo de puta, bocón y bravucón.

¿No será que el Gobierno de Macri es la más grande, grotesca y masiva joda armada para el programa de Tinelli?