viernes, 4 de septiembre de 2009

El Golem y el capitalismo de amigos


Ayer el Comfer rechazó la fusión entre Multicanal y Cablevisión. Esto representa una vuelta atrás con respecto a la decisión tomada hace casi tres años, cuando el gobierno, siendo aún presidente Néstor Kirchner, aprobó dicha transacción.
Esta vuelta atrás, que dicho sea de paso nos parece fundamental para evitar la monopolización de la palabra, no pareciera ser producto de una reflexión sobre la naturaleza del servicio público, sino más bien una estrategia para limar el poder económico y político del grupo-que-no-debe-ser-nombrado.
Esta decisión, es una oportunidad para que las organizaciones de izquierda nacional y popular reflexionemos sobre la relación de la política con los factores de poder, y en particular con los grupos económicos y los medios de comunicación.
En este sentido el Kirchnerismo tomó por atajos que le resolvieron problemas de corto plazo, pero que a la larga lo terminaron envolviendo aún más en un laberinto. El acuerdo con Clarín para la autorización de la fusión de las señales de cables, es el ejemplo más claro. El acuerdo con C5N y el desplazamiento de Canal 7 a la señal del canal 15 es otro ejemplo de ello.
A semejanza del rabino de Praga, el sistema político en general (decimos en general porque esta es una historia de larga data), y particular los K, juegan a la alquimia y crean Golems que luego se salen de control y amenazan con aplastar a sus creadores.
Respecto al proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales, están empezando a levantarse voces, algunas de ellas con argumentos muy razonables, alertando que la autorización de operar a las telefónicas podría ser a largo plazo la creación de otro Golem.
Esto no puede de ninguna manera constituir una excusa para posponer el tratamiento y la aprobación del proyecto, ya que a nuestro entender el objetivo perseguido es evitar los monopolios y democratizar la palabra. Habiendo dicho esto, creemos que deben tomarse los recaudos necesario para no construir un sujeto económico y político que a la larga pueda extorsionar o condicionar la vida democrática.
Para finalizar, unas breves reflexiones sobre el eufemismo “capitalismo de amigos”. El capitalismo argentino ha seguido lógica amiguista por lo menos durante los últimos 30 años. Quienes hoy critican esta postura es porque en este momento se saben fuera del círculo de amistades que supieron integrar y del que se beneficiaron. Por eso, es importante destacar que el capitalismo no sabe de amigos, sino de intereses. Con los grupos económicos se puede convivir y discutir, se los puede confrontar, controlar, enfrentar o condicionar, pero lo que no se puede hacer es ayudarlos a incrementar su poder político. Más temprano que tarde se impondrá el monólogo de sus intereses. De más está decir que no es para nada sencillo resolver esta tensión y no morir en el intento… pero de eso se trata la política.

2 comentarios:

  1. Muy buen post!!

    Ya los subimos a nuestra cueva virtual

    Saludos

    Jose Barrita de BAndoneón

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  2. Muchas gracias y felicitaciones por el exitoso primer año en la blogósfera. Esperamos poder seguir sus pasos!

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