jueves, 12 de noviembre de 2009
Clarín, la SIP y la autoreferencia permanente
Desde hace varios días, Clarín no para de hablar de si mismo. Esto no es nuevo: en pleno debate de la ley de Servicios Audiovisuales el grupo optó por asumir un discurso de victimización. “TN puede a desaparecer”, decían a toda hora. El canal Volver decía que nadie se iba acordar de Pepe Biondi. Los energúmenos de A Dos Voces llegaron a espetarle a Morgado que iban a tener que desprenderse del diario, quien los interrumpió para aclararles que los diarios no eran servicios audiovisuales y por lo tanto no se los regulaba en la ley. Incluso torcieron el discurso de Pichetto de tal manera que le hicieron decir en un zócalo que TN corría riesgo de desaparecer.
Ahora bien, desde hace unos días Clarín está insoportable. Como todos saben, el sindicato que conduce Moyano ha estado reclamando frente a las plantas de Clarín y La Nación el correcto encuadramiento de los trabajadores que hacen el reparto de dichos diarios. Es decir, mayores salarios a esos trabajadores. Como consecencia los diarios se demoraron en su distribución, aunque no lo suficiente como para no conseguirlo a la mañana tempranito en los kioscos para poder disfrutarlo junto con las facturas. Sin embargo, nuevamente volvió el mismo recurso victimizante: “es un ataque la libertad de prensa”, “es una persecución del Gobierno”.
De todas formas, fue muy divertido ver las explicaciones de uno de los Gerentes de Clarín: “tuvimos que parar durante una hora y media la impresión de la tapa”. El lector perspicaz podría preguntarse cómo fue que una manifestación frente a la puerta afectó el proceso de impresión. Respuesta: demoraron la impresión, porque cambiaron la tapa y el tema principal pasaron a ser ellos mismos.
Desde el sábado hasta hoy no han cesado de colocarse a sí mismos en sus tapas, ya sea por el conflicto gremial mencionado o por el encuentro anual de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). La SIP es una asociación de dueños de multimedios, empresarios que se juntan a defender sus negocios. Bajo el disfraz de la defensa de la libertad de prensa, defienden con uñas y dientes sus negocios. Se trata de amorales, de especialistas en manipulación de noticias y piratas de la comunicación: estos son quienes conforman la SIP.
Una anécdota que pinta a la SIP: el año pasado la SIP tuvo un destacado rol como sector opositor al Gobierno de Venezuela, ese mismo año recibieron el reconocimiento del Rey Juan Carlos por su labor “en la defensa de la libertad de expresión, los valores de la prensa libre y la dignidad de la profesión periodística”. Recibieron el apoyo de un Rey que mandó a callar a un Presidente de una nación soberana. Paradójico, ¿no?
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Ojo que se viene la guerrilla eh:
ResponderEliminarhttp://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1198632&pid=7672915&toi=6267
Ya no saben que inventar. La bajada de linea del ultimo parrafo es tristisima.
Jajaj que divertido:
ResponderEliminarhttp://www.newsweek.com/id/54793
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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