Podríamos realizar algún tipo de análisis político sobre las declaraciones de Reutemman. Si ese fuera el caso, diríamos algo así como que sus dichos expresan un fuertísima vocación antipolítica. Si la primera reacción de un Jefe de Estado frente a una operación política fuese mandar todo (y a todos) a la mierda, ningún presidente sobrepasaría el primer año de mandato.
Pero no, no vamos a decir nada de eso. Sólo nos limitaremos a esperar ansiosamente la próxima Barcelona.
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